Cuando pensamos en destinos turísticos con recurrencia los primeros que vienen a nuestra cabeza son los más típicos e icónicos del país como Tulum, Guadalajara, Cancún, Chiapas, Puerto Vallarta o San Miguel de Allende, sin embargo, México es un país plagado de destinos turísticos con una inmensa diversidad de riquezas, naturales, arquitectónicas, culturales, gastronómicas y muchas otras. 

Gracias a la iniciativa que tuvo la Secretaría de Turismo el 5 de octubre del 2001 fue creado el programa llamado “Pueblos Mágicos”, programa turístico que reconoce con ese apelativo a ciudades o poblados de México por el trabajo en proteger y guardar su riqueza cultural, histórica y patrimonial. Un dato que quizá no conocías es que la primera ciudad en recibir esta denominación fue Huesca de Ocampo, ubicado en el estado de Hidalgo.

Actualmente este programa cuenta con 177 pueblos mágicos y a continuación compartiremos contigo algunos que quizá no conocías pero debes hacerlo:

1.- Naolinco, Estado de Veracruz. Comencemos con uno de los nuevos incorporados a la lista este 2023, Naolinco es un pueblo mágico pintoresco que se sitúa a unos 45 kilómetros al noroeste de la ciudad de Xalapa, Veracruz. Una de las principales características que hacen de Naolinco un lugar especial es su arquitectura colonial bien conservada. Las calles empedradas y las casas pintorescas con fachadas coloridas y balcones de hierro forjado le dan al pueblo un encanto único, la experiencia gastronómica que te comparten es deliciosa, además la gente local es muy cálida y amigable. Los edificios históricos y las iglesias te evocan una nostalgia suspendida en el tiempo, que puedes disfrutar en el presente.Naolinco promueve sus tradiciones y costumbres a través de celebraciones que realiza año con año, su festejo más emblemático es “El día de muertos” que se realiza del 28 de octubre al 5 de noviembre con las distintas festividades que son emblema de este nuevo Pueblo Mágico de Veracruz.

2.- Mocorito, Estado de Sinaloa. Se encuentra a 1:40 h de Culiacán o de Los Mochis; y 3:45 H de Mazatlán. Fue el primer asentamiento español en el noroeste de México, lo que le da un claro ambiente colonial. Solamente en su centro se cuentan 80 casonas, bellas plazas y monumentos que hablan del rico pasado del lugar. Este Pueblo Mágico es particularmente sabroso pues es cuna del Chilorio, un guiso de carne de cerdo deshebrada con chile pasilla y secretos locales que algunos consideran patrimonio cultural, también hay productos a base de cacahuate como pepitorias y garapiñados. En las Moliendas de El Valle, se elaboran productos derivados de la caña de azúcar: miel, dulce de caña, apanizada, palanqueta, panocha con cacahuate tostado, noroto (espuma) y melcochas. Es un destino donde vives la esencia del norte por medio de la fiesta, la música de banda o a través de actividades en la naturaleza como ir de pesca o intentar jugar el antiguo deporte de Ulama que aquí sigue siendo una práctica cotidiana. 

3.- Parras de la fuente, Estado de Coahuila. Si te gustan los entornos aesthetics, minimalistas y desérticos, este es tu destino, ubicado al sur de Coahuila, en medio del desierto, Parras de la Fuente es un oasis rodeado de viñedos, nogales y calles históricas que invitan a los visitantes a recorrerlas con tranquilidad. Su gran historia y sus tradiciones, se conjugan no sólo en la arquitectura y gastronomía, sino creando una atmósfera que identifica a Parras de la Fuente como una experiencia única enmarcada en el desierto. Parras es famoso por su historia vitivinícola, aquí se encuentra la vinícola más antigua del continente: Vinícola San Lorenzo fundada en 1597; es la cuna de Casa Madero que data de 1893 y es también el lugar de nacimiento de Francisco I. Madero. Parras ha sido escenario de la historia de México. También encontrarás una inusual cueva apta para los fans de batman, la Cueva de los murciélagos, que se localiza en la parte trasera de la Antigua Hacienda del Perote. Esta gruta alberga un manantial y nada menos que 40,000 murciélagos. Por último, si eres fan de las golosinas, no te puedes perder del Festival del Dulce y la Nuez, que se celebra los primeros días de noviembre, reúne a los dulceros regionales y ofrecen las deliciosas golosinas derivadas de la nuez, la uva, el piñón, el higo y de cajeta, tanto si eres adulto o niño, tendrás una experiencia única en Parras de la fuente.

4.- Santa Clara del Cobre, Estado de Michoacán. Si te apasionan las artesanías, la orbefrería y en general el arte, Santa Clara del Cobre es uno de tus próximos destinos, El Pueblo Mágico de Santa Clara del Cobre se encuentra en un rincón de Michoacán, se localiza al centro del Estado, limita al norte con Pátzcuaro al este con Huiramba y Tacámbaro, al sur con Ario de Rosales, y al oeste con Zitácuaro, Taretan y Tingambato, se encuentra a 1 h de Morelia y 3 h de Guanajuato o de Querétaro. En esta encantadora localidad sus artesanos funden, moldean y mantienen viva una tradición que transforma el cobre en recuerdos. Esta población fue tributaria del reino Purépecha y ya practicaban la orfebrería, fundir y moldear los metales; para 1553 los frailes españoles fundan el pueblo y el Tata Vasco impulsa la especialización en cobre. En este poblado todos: mujeres, hombres, niñas y niños participan en la tradicional actividad de transformar el cobre. Admira su plaza principal mientras contemplas el bello kiosco con techo de cobre y su enorme cazo antiguo adornando su centro. 

5.- Tapijulapa, Estado de Tabasco. Si tienes un espíritu aventurero, ávido de conectar con la naturaleza y explorador, este destino es perfecto para ti. Ubicado en la región de la sierra y tiene como cabecera municipal a la ciudad de Tacotalpa. Está enclavado en la sierra de Tabasco en el municipio de Tacotalpa, la población se encuentra asentada en la confluencia de los ríos Oxolotán y Amatán, cuyas aguas en distintas tonalidades de verde conforman un paisaje único. Tapijulapa es el pueblo más típico del estado de Tabasco. Es un pintoresco rincón de origen zoque de espléndida naturaleza donde el agua y la selva abundan. Resguardado por la generosidad de la naturaleza, sus alrededores invitan a respirar profundo, a introducirse en la vegetación de sus parques y a mirarlos desde la perspectiva de un deslizamiento en canopy, o a conocerlos desde las entrañas de sus grutas y cuevas. Aún conserva su elegante traza virreinal en la típica arquitectura de las casas, pintadas de blanco, con tejados de dos aguas, y las calles empedradas.