Hoy en día es muy común escuchar la palabra sostenibilidad o sustentabilidad en diversos contextos en los que la actividad humana está implícita pero, ¿a qué se refiere este término?

La sustentabilidad o sostenibilidad según autores y la propia definición de la RAE (Real Academia Española) su significado es “especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente” y su etimología “Sustentāre”, de donde viene ‘sustentar’, no es más que el modo intensivo, llamado también frecuentativo o iterativo, de sustinēre, el cual se descompone en sus (desde abajo) y tinere (tener), con el significado de ‘asir desde abajo’.

En términos prácticos la sustentabilidad o sostenibilidad se refiere a la capacidad de una acción o actividad de sostenerse por sí misma, es decir, que los recursos del tipo que sea que utilice no se vean comprometidos en el futuro y que estos sean parte de un ciclo que asegure la perpetuidad de la misma. 

Ante la actual crisis medioambiental que vivimos, la sustentabilidad ha cobrado un papel relevante en todos los sectores económicos, pues la actividad humana y el crecimiento poblacional ha generado un desgaste significativo en los recursos de la Tierra, al punto de comprometer el futuro de todas las especies que habitan en él. Algunos efectos de este desgaste de la biosfera son: el calentamiento global generado por los gases de efecto invernadero como el CO2 (bióxido de carbono), CH4 (metano) y N20 (óxido nitroso), entre otros; océanos contaminados llenos de microplásticos y metales como el mercurio, plomo, cadmio, entre otros que son liberados hacia ecosistemas acuáticos así como a los suelos debido a diversas actividades antropogénicas y que representan una seria amenaza para las plantas, animales e incluso los humanos; erosión del suelo y pérdida de ecosistemas por la irresponsable actividad agrícola, estos son solo algunos ejemplos de las repercusiones que la actividad humana ha generado en los últimos siglos, es importante agregar que estos índices en 2020, su concentración en la atmósfera había aumentado hasta un 48 % por encima de su nivel preindustrial (antes de 1750). 

Bajo este contexto, instituciones como la ONU han emprendido acciones para revertir el daño que los seres humanos hemos generado sobre la Tierra. Algunos antecedentes sobre investigaciones, divulgación y sensibilización sobre el cambio climático son: En 1970, el Club de Roma, una asociación privada compuesta por empresarios, científicos y políticos, encargó a un grupo de investigadores del MIT bajo la dirección del profesor Dennis L. Meadows, la realización de un estudio sobre las tendencias y los problemas económicos que amenazan a la sociedad global. Los resultados fueron publicados en marzo de 1972 bajo el título «Los Límites del Crecimiento», una investigación que representó un antes y un después respecto a la sustentabilidad, posteriormente, en 1979 tiene lugar la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima organizada por la ONU; en 1988 se crea el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC); en el año de 1992 en la Cumbre para la Tierra celebrada en Río, la CMNUCC se abre a la firma junto con las demás convenciones de Río, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación; en 1997 se adopta oficialmente el Protocolo de Kyoto en la CP3, dicho Protocolo vincula jurídicamente a los países desarrollados con los objetivos de reducción de emisiones, por último, más recientemente, en septiembre del 2015 es aprobada la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas que la suscribieron y es la guía de referencia para el trabajo de la comunidad internacional hasta el año 2030.

En la actualidad es mucho el camino que nos falta por recorrer para revertir el daño que se ha generado en la Tierra, sin embargo, es importante ser conscientes de que cada uno de nosotros juega un papel sumamente relevante en la transformación de nuestros hábitos de consumo, desde optar por prácticas que cuiden el agua, elegir energías renovables hasta contribuir como seres humanos a crear una cultura global de inclusión, equidad y libertad. La sustentabilidad es algo serio, una filosofía de vida que llegó para quedarse y ser el medio a través del cual preservemos nuestro mundo, sus recursos y todas las especies que habitamos en ella.